Tener una piel limpia y tersa, es uno de los objetivos de salud y belleza que todos tenemos. No basta con lavarse con agua y con jabón, sino de utilizar productos cosméticos adecuados según el tipo de piel. Y eso no es todo, porque también es importante conocer su finalidad y cómo aplicarlos. Saber cómo usar un exfoliante corporal potenciará sus beneficios y obtendrás una piel radiante y hermosa, como veremos a continuación.
¿Para qué sirve la exfoliación?
Los exfoliantes son productos naturales o preparados por un laboratorio cosmético especializado para eliminar la piel muerta. Al hacerlo, no solo queda suave y tersa, sino que además la deja lista para recibir todos los beneficios de otros productos. Desde cremas humectantes hasta compuestos nutritivos que contengan vitaminas, ácidos grasos, ácido hialurónico, etc.
No obstante, es necesario saber cuándo usar un determinado exfoliante, porque no se trata de realizar este ritual todos los días, ya que sus beneficios podrían ser contraindicados. Por lo general, una vez a la semana es una buena opción para exfoliar la piel de abdomen, glúteos, brazos, piernas. Este tipo de exfoliantes suelen tener una textura más gruesa que los usados en la piel de la cara, precisamente por ser menos delicada que la del rostro.
Preparando tu piel para el exfoliante corporal
Es importante que la piel esté limpia antes de exfoliar, por lo que después de la ducha es un buen momento para hacerlo. Uno de los elementos que debes tener a la mano es un guante de crin, que además de ayudarte a remover la piel muerta, también servirá como masaje. Este masaje es ideal para combatir la celulitis, además de que favorece la circulación de la piel.
Si acabas de depilarte o has recibido la exposición de los rayos UVB de forma natural o artificial, es preferible que dejes pasar algunos días. De lo contrario tu piel estará muy sensible o incluso irritada y la exfoliación podría empeorar la condición. Aplica en el ínter productos hidrataratantes y nutritivos que favorezcan la regeneración de la piel y la alivien.
Si todo está bien, aplica el producto exfoliante en el guante y aplica sobre la piel dando un continuo masaje circular, sin tallar demasiado. Evita la exfoliación en zonas delicadas de la piel como los senos o los genitales, y enfócate más en rodillas, codos, glúteos. Al finalizar, enjuaga perfectamente con agua tibia y aplica una crema hidratante después de secar con golpecitos suaves tu piel.
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